HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL / PRIMERA PARTE: DE LA AYUDA AL OTRO, A LA NECESIDAD DE LA PROFESIONALIZACIÓN DE LA AYUDA SOCIAL




El siguiente artículo, consta de 4 partes, donde presentaremos una revisión histórica del TRABAJO SOCIAL, desde una mirada crítica, con el objetivo de develar las contradicciones de nuestra profesión, y así contribuir al desarrollo de un trabajo social conciente y activo frente a los problemas sociales y políticos que afecta a nuestro pueblo.

Las tres partes que le siguen a este artículo que se presentaran en las siguientes publicaciones se centraran en la historia del trabajo social latinoamericano.


De la ayuda al otro, a la necesidad de la profesionalización de la ayuda social

Para analizar los inicios de la ayuda social nos retornaremos a las sociedades primitivas que, por su forma de organización gentilicia, en donde las uniones de sangre eran férreas y los lazos de parentesco tenían una fuerte influencia en el orden social, existía una gran ayuda mutua entre los integrantes de las gens y de la tribu. La tribu o clan era quien se encargada de la ayuda a los necesitados, si algún integrante de la tribu tenia problemas como enfermedades o algún otro, era esta misma la que se encargaba de solucionarlo.

Al desarrollarse la ganadería y la agricultura se abrieron manantiales de riquezas, las cuales, dieron origen al excedente y a la aparición de la primera mercancía (el ganado), produciéndose el intercambio entre las tribus, esto dio pie para que se pudiera desarrollar libremente la propiedad privada y los antagonismos de clase, surgiendo así la necesidad del origen del Estado.

Al quedar dividida la sociedad en clases sociales, se genera por un lado a una minoría dueña de los medios de producción y por otro a una mayoría separada de estos, quienes fueron cayendo en la esclavitud.

Al aparecer estas nuevas condiciones sociales, se generan nuevas formas de ayudas donde ya la comunidad no es la encargada de solucionar los problemas, si no que eran privadas, estatales y religiosos. Podemos observar que desde el código de Hamurabí y las religiones más antiguas se encontraban presentes principios de ayuda a los desposeídos y necesitados, caracterizados por ayudas de auxilio y de limosna. En el Islam uno de los deberes religiosos esencial era la limosna a los necesitados. En la edad Media la Iglesia Católica era la encargada de prestar dicha ayuda a los pobres. Con esto, podemos concluir que las religiones dan comienzo a la asistencia social, con un sentido de caridad y ayudas de beneficencia a los más desposeídos, con el objetivo de salvar su propia alma a través de la ayuda al otro.

Con el triunfo de la revolución burguesa, el naciente capitalismo, a pesar de todos los adelantos científicos y tecnológicos que trajo la revolución industrial, estos fueron destinados solo a las clases dominantes, dejando a una gran masa de personas en paupérrimas condiciones de vida. La acumulación de capital aumenta y mientras mas crecía la riqueza, mas crecía la pobreza y la proletarización de todos los sectores (campesinos, artesanos, pequeños comerciantes etc.), el capitalismo no acaba con las contradicciones del sistema feudal del cual nace, sino que trajo consigo nuevos métodos y formas de explotación y dominación, nuevas clases sociales, por un lado a un proletariado obligado a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir en pésimas condiciones de vida y por el otro lado a la burguesía que se enriquece a costa del primero.

Estas nuevas condiciones históricas conllevarían a la generación de conflictos sociales entre estas dos clases, la iglesia ya no es capaz de cubrir con todas las necesidades que se exigen, se necesita profesionalizar las acciones de caridad realizadas hasta entonces por la iglesia. Se comienzan a crear organizaciones benéficas y asistenciales de carácter privado y publico. Como los problemas sociales cada vez son más complejos y se agudizan cada vez más, se necesita especializar a personas que sean capaces de tratar estos problemas ya no solamente movidos por la filantropía y el carácter humanitario, sino una profesión científica y técnica, que sea capaz de calmar los malestares y mejorar las condiciones de vida de los más pobres y de este modo evitar la aparición de conflictos sociales, esto unido con el auge de las organizaciones obreras y populares y el aumento de sus demandas, dan nacimiento a la formación de la profesión de servicio social que emerge como continuador de las ayudas realizadas por la Iglesia y las instituciones aristocráticas.

Las primeras formas de ejercer la profesión eran de carácter escéptico y acrítica, no se cuestionaba el sistema, no se buscaban las causas de fondo de los problemas sociales, si no que buscaba dar respuestas paliativas.

El servicio social influenciado por la ideología del capitalismo encuentra que el problema se encontraba en el individuo, el que seria su objeto principal de estudio y de intervención junto a la familia, pero nosotros sabemos que la pobreza no es por culpa del individuo, sino de un sistema que se basa en la propiedad privada, en la explotación de los hombres y en el mercantilismo de nuestras necesidades básicas, que se deja a una gran mayoría excluida del sistema, sin derecho a los bienes y obligada a vender su fuerza de trabajo por una miseria, mientras que la clase dominante gana millones y millones a costa del sufrimiento de la clase trabajadora.